En ocasiones, el uso de las gafas de sol no es debido únicamente a la moda o a las tendencias. Una de las de las razones principales por las que recomendamos usar gafas de sol es la salud, es decir, la protección de nuestros ojos.
Dentro del conjunto de gafas de sol, destacan aquellas que tienen cristales polarizados.
¿A qué llamamos polarización?
Antes de entrar en tecnicismos, debemos hablar del fenómeno del que nos protegen los cristales polarizados: el reflejo. El reflejo es fruto de la vibración de la luz solar. Esta se esparce en todas las direcciones posibles y en el momento de rebotar sobre una superficie horizontal, queda polarizada. Es decir, a mayor vibración, mayor brillo.
Las gafas de sol con cristales polarizados destacan por tener unas lentes que contienen un filtro especial. Este filtro bloquea la luz que se refleja y deja pasar únicamente la luz útil, dando lugar a una visión sin reflejos, ni molestias y con colores naturales, no alterados por el excesivo reflejo.
El uso de este tipo de lentes tiene una serie de ventajas que se ven reflejadas en nuestra salud ocular. Por ejemplo, su elevada protección ante los rayos dañinos, como los rayos UV. Una visión libre de reflejos molestos significa un menor esfuerzo visual y una importante reducción de la fatiga ocular provocada por éstos. Igualmente, hace que este tipo de lentes incrementen el nivel de tolerancia en aquellas personas que son muy sensibles a la luz.
Dadas las características beneficiosas de estas lentes, o en su defecto, de este tipo de gafas, existe una serie de ocupaciones que se benefician directamente de su correcto uso. Entre ellas, conducir. Los conductores se benefician de las ventajas que tienen estas lentes, en este caso concreto, al disminuir la fatiga ocular y aumentar la seguridad en la carretera.