Hoy en día, para los que tenemos falta de vista, nos parece impensable vivir sin gafas. Este pequeño instrumento ha conseguido mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Tanto las gafas de vista como las de sol se han convertido en un accesorio indispensable. Sin embargo, no siempre ha sido así, ni las gafas, ni su estilo, ni los materiales son los mismos que usaban nuestros antepasados. Pero, ¿dónde se encuentra en realidad el origen de las gafas?
El origen de las gafas y su evolución
Según los datos, se estima que las primeras lentes datan de la antigua Roma. Según algunos registros, Nerón, emperador romano, veía las peleas de gladiadores a través de una esmeralda moldeada debido a su miopía. De esta manera, la visión era mucho más nítida.
Si nos adentramos en la Edad Media, encontramos lo que se denominó «piedras de lectura». Esto no era otra cosa que cristales tallados para conseguir lupas y lentes correctivas. Se cree que su inventor fue Abbás Ibn Firnás, sin embargo no hay documentos oficiales que lo avalen.
Roger Bacon, el padre de las gafas graduadas
Aunque tampoco hay rigor oficial en esta información, se cree que el fraile filósofo Rober Bacon talló las primeras lentes con la forma de lenteja. En 1249, escribió en una de sus obras que el cristal hacía ver mejor los objetos pequeños y se puede leer: «debería ser muy útil para personas ancianas y aquellas que tienen los ojos débiles, pues ellas pueden ver así las pequeñas letras con grandor suficiente».
Finalmente, se considera que las gafas aparecieron entre los siglos XIII y XIV en Venecia. Los monjes de algún monasterio aprendieron a tallar el vidrio gracias a los manuscritos de otros monjes, como es el caso de Roger Bacon.
La evolución de las gafas, a partir de ese momento, no se ha detenido hasta día de hoy. En 1451 Nicolás de Cusa propuso el uso de lentes cóncavas, más delgadas, para poder ver mejor de lejos.
Ya en el siglo XVIII aparecen las primeras gafas con varillas, que permitían que estas se sujetaran a la cabeza. Y por último, en 1936, Willian Fleinbloom utilizó plásticos sintéticos junto con vidrio para fabricar lentes. Sin duda, el paso más importante para llegar a las gafas sintéticas que conocemos hoy en día.
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